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Efecto del agua de mar

Las células de nuestro cuerpo, aunque nos parezca lo contrario, no se tocan entre sí. Están rodeadas de un líquido. (1) Células (2) líquido entre ellas.

células y líquido entre ellas

(Este líquido puede estar muy lleno de minerales, como en los dientes y huesos, que son los que los dan su rigidez. Aunque los dientes o huesos nos parezcan sin vida, no es así, están formados por células vivas. Por eso a cada diente, por su raíz o raíces, entra una vena, una arteria y una fibra nerviosa, porque tienen que alimentar a las células que lo componen).

El líquido que rodea las células es muy parecido al agua de mar diluida (*).

Las células reciben su alimento y se libran de sus deshechos a través de su superficie. Esta superficie está bañada, en contacto con ese líquido. Si ese líquido está sucio, las células no pueden alimentarse bien y tampoco pueden deshacerse de sus desechos. Es normal que no nos sintamos bien. Si ese líquido está sucio, el alimento que tomamos no llega a nuestras células.

Si tenemos ese líquido sucio es como si tuviéramos los pasillos de nuestra casa llenos de trastos viejos. Nos costaría mucho usar las habitaciones, el baño o la cocina. No viviríamos bien.

En los motores de los automóviles ocurre algo parecido: las piezas en movimiento no se tocan entre sí, está el aceite que facilita su movimiento. Si el aceite está sucio el movimiento es más difícil, con lo que consume más, se calienta más y corre menos.

Cuando tomamos agua de mar estamos cambiando ese líquido sucio por otro limpio, con lo que todas las células empiezan a funcionar mejor. Nos sentimos mejor, con más energía.

El líquido entre las células puede estar sucio porque tomemos sustancias químicas artificiales (por los alimentos industriales o las medicinas), o tóxicos como el alcohol (**), o puede estar sucio por los desechos normales del funcionamiento de las células. Desechos que pueden acumularse alrededor de ellas y no llegar a los órganos de excreción si no hacemos suficiente ejercicio. Es decir: además de tomar agua de mar, debemos caminar a buen ritmo media hora al día (u otro ejercicio) para ayudar a que se mueva todo ese líquido y el nuevo líquido limpio que ingerimos sustituya al sucio que haya alrededor de las células.

Quienes notan más el efecto

Al tomar agua de mar notan más mejoría quienes tengan más sucio ese líquido interno:

Consecuencias

Al beber agua de mar, todo el organismo vuelve a funcionar con normalidad. Una de las tareas que el cuerpo realiza continuamente es renovarse y reparar los daños o desequilibrios que podamos tener (osteoporosis, hernias discales, hipertensión,...).

Es posible que nuestro cuerpo tenga reparaciones pendientes por hacer, y el agua de mar le permite empezar a hacerlas.

Es conveniente conocer los descubrimientos del Dr. Hamer para entender correctamente los síntomas que pueden producir estas reparaciones. Siendo los síntomas de una reparación, son algo beneficioso, no algo a eliminar. En otro artículo lo explicamos mejor.

(*)

El vademécum francés de 1975 así lo decía. Además está demostrado por los científicos que los glóbulos blancos sólo pueden vivir en nuestro plasma sanguíneo o en agua de mar diluida. Y la experiencia de muchísima gente demuestra que podemos inyectarnos gran cantidad de agua de mar diluida sin ningún efecto perjudicial.

Agua de mar diluida con agua pura hasta el 25% (un vaso de agua de mar mezclado con tres de agua normal): el agua de mar contiene 36 gramos de sales por litro y este líquido sólo la cuarta parte: 9 gramos de sales por litro). El agua de mar así diluida se llama "isotónica", que quiere decir "con la misma concentración de sales que los líquidos de nuestro cuerpo, especialmente el plasma de la sangre".

(**)

En el estudio que realizó en Nicaragua el autor del libro, recogió alguna experiencia de reducción de la dependencia del alcohol gracias a la ingesta de agua de mar.


Benditas monjas que sufren persecución en España (junio 2024) por seguir a Dios.

En España se puede comprar agua de mar en casi cualquier dietética (por ejemplo, esta), en farmacias (más cara), y en algunos supermercados como éste.

O en esta panadería ecológica que hace el pan con agua de mar y también la vende.

Rezar el Rosario (mejor en latín) es el último y único recurso que nos queda.
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