El beber agua de mar y sobretodo las inyecciones subcutáneas de agua de mar van muy bien para las hernias discales, como se explica en la página correspondiente.
Pero las inyecciones tienen sus inconvenientes:
hay que encontrar quien nos las ponga bien
hay que cuidar la calidad del agua de mar que usemos y del agua de manantial con el que la diluyamos
la postura boca abajo dificulta que hagamos otras cosas mientras nos las ponen
las inyecciones irritan (ligeramente) el sistema nervioso
Se trata de bañarnos en casa en agua de mar, en una bañera de plástico que nos vamos a montar de forma muy sencilla y necesitando muy poca agua de mar (que podemos reutilizar varias veces). (En verano es más fácil de hacer, pues el agua no está fría.
En el libro Beber agua de mar está explicado cómo montarnos un "ofuro" en casa, que va bien sobretodo para bañarnos en invierno los que tenemos calefacción de agua por radiadores. Pero requiere 100-150 litros de agua. Igual que llenar una bañera. De esta manera sólo necesitamos 10 litros.
En invierno, podemos calentar el agua de varias formas: desde calentándola al baño María, un cable calefactor como el que se usa para los terrarios, poner una manta térmica debajo de la bañera,...
Siempre cuidando que no pase la temperatura que soportamos sin quemarnos, 44 grados, pues perderá sus mejores propiedades.
Se trata de hacernos una bañera con un plástico que ajuste bastante al cuerpo (con las piernas fuera) y bañarnos en agua de mar bastante rato.
Estar así todo el tiempo que podamos, preferiblemente antes de acostarnos por la noche (*)
Es conveniente, antes de meterse en la bañera friccionarse con un guante de esparto toda la piel que vayamos a mojar, porque así:
eliminamos la capa de células muertas que pueda tener la piel
enrojecemos toda la piel, es decir, hacemos que los vasos capilares se abran cerca de la superficie, cosa que favorecerá la absorción del agua de mar
Desde el primer baño se nota mejoría.
un plástico grande como nuestro cuerpo y no muy fino (los que se venden para cubrir la ropa y que no se moje van bien. No los que se venden para cubrir los muebles cuando pintamos, pues son demasiado finos y se rompen sólo con mirarlos).
unas mantas o cojines
una toalla grande
agua de mar
un buen libro para leer mientras nos bañamos (por ejemplo "Beber agua de mar")
Preparamos la bañera:
extendemos en el suelo una manta
ponemos las mantas dobladas que van a quedar alrededor de nuestro cuerpo. Las de la cabeza nos servirán de almohada.
ponemos el plástico por encima, dándole la forma de bañera
nos tumbamos encima para comprobar que la medida está bien. Ajustamos para que no haya mucha holgura entre nuestro cuerpo y las paredes de la bañera, así no necesitaremos muchos litros de agua. Cuanto más ajustada nos quede la bañera, menos litros a usar.
Salimos de la bañera y ponemos en el fondo una toalla, para que nuestra espalda no toque el plástico.
ponemos otras mantas dobladas encima del plástico que sobresale por los lados para que lo sujete, porque al poner el agua las paredes tienden a desmoronarse.
Echamos el agua en la bañera y nos metemos.
En imágenes:
Sólo falta poner la toalla en el fondo, verter el agua y meternos.
(si antes nos lavarnos con jabón, el agua de mar podremos reutilizarla más veces).
Para otras afecciones localizadas, podemos hacer el mismo invento o usar un recipiente donde meter la parte afectada: por ejemplo la rodilla.
René Quinton recomendaba calentar el agua "al baño María" (en aquéllos tiempos no había electricidad): sin que el fuego toque el recipiente donde está el agua. Es decir que hay que meter el recipiente con el agua de mar dentro de otro recipiente con agua que es el que calentaremos. Hay que poner algo debajo del recipiente con el agua de mar para que no toque el fondo del otro recipiente.
Quizá se pueda calentar al fuego (sin “baño María”) removiendo continuamente con la mano tocando el fondo, asegurándonos así que el fondo no sobrepasa los 44 grados (cuando nos quemamos).
Mejor no hacerlo así no sea que los fuertes campos magnéticos de la cocina o las microondas del horno afecten a la calidad del agua. Es una forma mucho más rápida de calentar las cosas, pero como dice el refrán marinero: "A grandes velocidades, grandes desastres".
Podemos usar una yogurtera y, en vez de poner los vasos con leche, ponemos encima el recipiente con el agua de mar. Tienen poca potencia (15w) por lo que calienta muy poco a poco.
Podemos usar un cable calentador como los que se usan en los terrarios o peceras. Los hay de 50w (calientan el triple de rápido que lo anterior)
Parece recomendable colocar el cable calentador unos centímetros por debajo del recipiente con el agua, no sea que los pequeños campos magnético y eléctrico que genera perjudiquen las propiedades del agua.
En ambos casos es conveniente taparlo todo con una manta o abrigo, para que no se vaya el calor.
Las células de nuestro cuerpo funcionan cada vez mejor al subir la temperatura (hasta los 44 grados en que se mueren y sentimos que nos estamos quemando). Con el agua de mar y la temperatura podrán hacer mejor las reparaciones que haya pendientes.
Los poros se abren con la temperatura (como en las saunas) y puede penetrar más agua de mar.
Si el agua que ponemos en la bañera no nos cubre totalmente, ponernos una toalla por encima que iremos remojando de vez en cuando. De esta forma toda la parte del cuerpo que toque la toalla mojada también irá absorbiendo el agua de mar (tiene el pequeño inconveniente de que, al evaporarse enfría la toalla y nos enfría).
(*) Porque la noche son las horas del día cuando el cuerpo se dedica a hacer más reparaciones. De día lo tenemos ocupado trabajando, comiendo,... Qué mejor momento para meternos agua de mar que inmediatamente antes de cuando el cuerpo la va a usar para regenerarse.
ANTES DE BAÑARSE ASÍ DEBE LEER EL AVISO QUE SE ENCUENTRA AL FINAL DE ESTA PAGINA
Benditas monjas que sufren persecución en España (junio 2024) por seguir a Dios. |
En España se puede comprar agua de mar en casi cualquier dietética (por ejemplo, esta), en farmacias (más cara), y en algunos supermercados como éste. O en esta panadería ecológica que hace el pan con agua de mar y también la vende. |
Rezar el Rosario (mejor en latín) es el último y único recurso que nos queda.
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