Otro libro suyo: La Vida en el Cielo
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El Rdo. P. Barbens (OFM Cap 1875-1920), sufrió un atentado (narrado en las primeras páginas) que le convenció de escribir sobre el Ángel de la Guarda. Ese hecho le pareció "el dedo de Dios" apuntándole para que publicara un libro sobre este tema.
Y quizá es inspiración de nuestros Ángeles el que Ud. esté leyendo esto y un servidor lo haya publicado.
El tema central del libro es nuestro Ángel de la Guarda, pero al iluminarlo con el foco de su explicación, también cae luz sobre otros temas a su alrededor, relacionados con él. Y así, explica:
cómo se comunican los ángeles entre sí y con las almas en el cielo,
cómo nos relacionamos con ellos, y su poder sobre nosotros,
qué puede y qué no puede hacer el demonio y sus secuaces para tentarnos,
lo que es la Providencia,
las facultades de nuestra alma,
qué es la conciencia y cómo se forma,
etc.
Los ángeles son seres espirituales con inteligencia y voluntad propias. Inteligencia para saber y aprender cosas y voluntad propia para elegir una cosa u otra. (Como en su momento un tercio de ellos eligieron desobedecer a Dios).
Siempre que aprendemos algo (por un libro, por ejemplo), cambia nuestra vida a partir de entonces.
Descubrir que hay alguien que vive (porque quiere) enteramente dedicado a cuidar de nosotros, puede afectarnos (igual que nos afecta el descubrir actos de amor de otra persona hacia nosotros). Cuando esto nos ocurre, nuestro Ángel malo a veces nos incita a responder, rápidamente y de cualquier manera, a la acción recibida, para olvidar rápidamente el asunto. En cambio, nuestro Ángel de la guarda nos incita a detenernos, meditar sobre el hecho, gozar de él, y que nos ablande el corazón. Como después de haber realizado algo especialmente brillante reflexionamos sobre ello y no pasamos de inmediato a hacer otra cosa.
Igual que reflexionamos y nos penamos de nuestros pecados, hemos de reflexionar para conocer la justa medida lo que hicimos aparentemente bien y gozarnos de ello.
Dios nos ama desde toda la eternidad, (¡qué vamos a decir de la Virgen!), los santos del cielo (ángeles y bienaventurados),... pero sólo hay uno con su vida dedicada a amarnos.
Da gusto leer el libro tanto porque está escrito por alguien que sabe del tema como por su estilo: completamente opuesto al lenguaje ambiguo, dulzón, buenista o "políticamente correcto". (Vean el inicio del libro o algunas páginas de muestra más abajo).
En este libro se percibe que él tiene el "sentido muy delicado y agudo" de los santos, tal como se describe en este extracto del libro El sentido del misterio de Mons. Garrigou-Lagrange.
La marea de la dominación del mundo por el demonio ya estaba bastante avanzada en el s. XIX, y las últimas resistencias fueron el imperio austro-húngaro (destruido por la primera guerra mundial), y la guerra de 1936 en España y dictadura posterior de Franco, que frenaron su avance (pero sólo eso).
El autor vivió en Barcelona (Cataluña) la última época de persecución religiosa sangrienta (que acabó en 1939). (Antes hubo otras persecuciones sangrientas en el s. XIX). El autor narra al principio de este libro un episodio tremendo (que él sufrió) de esta persecución.
Al principio de su obra "La Moral en la Calle, en el Cinematógrafo y en el Teatro" ya reconoce que poco puede conseguir sólo escribiendo un libro. Nosotros ahora, por el tiempo pasado y internet, quizá tenemos mejor conocimiento que él del gran avance que, en sus tiempos, ya tenía "la marea" citada, y que los esfuerzos (como en 1936 en España) sólo podían conseguir retardarla, pero no revertirla, por su dominio ya en todo el mundo. En este sitio (enlace) hay una biografía del autor que además contiene el texto completo del libro citado.
Imágenes de la portada del libro en la edición de 1918:
Érase el día 29 de enero del pasado año, 1917, en que un infeliz desequilibrado, que había querido ser religioso, en un acceso de manía persecutoria, penetró en el Convento de Nuestra Señora de Pompeya, y con el pretexto de que su padre estaba gravísimo, pidió por el Padre autor de estas líneas, a fin de que bajara para asistirle.
El Hermano portero, a pesar de que era en hora de riguroso retiro en la celda, avisó inmediatamente y el Padre bajó sin demora, toda vez que se trataba de un enfermo muy grave. Después de cruzar con él un saludo muy afectuoso y de hablar familiarmente por espacio de un minuto, descargó en un momento cinco tiros con pistola browning, los cuales hicieron blanco todos ellos en la cabeza, en el brazo y en el pecho.
Al ver, el asesino, que ni con cinco balas caía muerto, desesperado porque veía frustrado su plan de matar a dos Padres más y a cuantos se hubiesen presentado, según declaración del mismo, echó a correr para tirar las dos balas que le quedaban, y, una vez logrado su primer intento, subir a asesinar a los otros con el puñal que llevaba preparado. El Hermano portero, Fray Antonio de Antequera, le cogió los brazos por detrás y dio tiempo a que bajaran los religiosos y le sujetaran. Inmediatamente que se vio cogido, en la forma que pudo, disparó una bala contra el Hermano; mas la bala, afortunadamente, quedó incrustada en el hábito y sólo consiguió rozar un poco el abdomen.
Este suceso, que en forma brevísima referimos, nos ha sugerido las siguientes consideraciones:
El asesino llevaba un plan muy bien premeditado para realizar su propósito.
Escoge, primero, la hora en que todos estábamos retirados en la celda, lo cual él no ignoraba, pues había estado en calidad de criado en la casa por espacio de dos años y medio.
Llama, con el pretexto de la gravedad de su padre, al Padre con quien más amistad tenía, porque sabía que no se negaría a bajar.
Lleva el puñal para cuando se le hayan acabado las balas.
Además, tres de las cinco balas, con medio centímetro de desvío, eran mortales. No parece sino que todas ellas fueron dirigidas por una mano hábil y bondadosa a fin de que hicieran el menor mal posible y respetaran las vísceras y los aparatos principales del organismo. Esta mano hábil, este cuidado e interés, no me cabe la menor duda que fue la mano y la diligencia del Santo Ángel de mi Guarda, verdadero ejecutor de los designios y de las determinaciones de la divina Providencia.
Ahí tienes, devoto lector, el agente que pone la pluma en mis manos y la causa y el móvil que me impulsan a ofrecer al público este tratadito de teología popular, sentido y rendidísimo homenaje de gratitud a mi Ángel Custodio.
Creemos sencillamente que el vulgo está en un error, cuando considera la devoción al Ángel Custodio como propia exclusivamente de los niños de menor edad. Ante semejante equivocación hemos determinado escribir este tratado principalmente para los mayores, a quienes interesa más, a nuestro modo de ver, la devoción sólidamente formada hacia el Santo Ángel de la Guarda, que la devoción a los demás santos del Cielo, si exceptuamos a Dios y a la Santísima Virgen.
No será éste un libro anecdótico, como tantos de los que andan en manos de los niños y de gente sencilla; es nuestro ánimo tratar las cuestiones desde un punto de vista doctrinal, sin olvidar, no obstante, su aspecto piadoso. Que el Ángel guíe nuestra pluma, y Dios bendiga nuestra buena voluntad.
Homenaje de gratitud
1. Existen los Ángeles Custodios
2. Naturaleza de los Ángeles Custodios
3. Misión de los Ángeles Custodios
4. Conocimiento que los Ángeles Custodios tienen de los hombres
5. Amor que nos tienen los Ángeles Custodios
6. Relaciones de los Ángeles entre sí
7. Cómo se hablan los Ángeles
8. Las almas en el Cielo: su condición y su comunicación con los Ángeles
9. Poder de los Ángeles Custodios
10. Poder del demonio sobre los hombres
11. Intervención del demonio en la perdición de los hombres
12. Acción de los Ángeles sobre nuestro entendimiento
13. Sobre nuestra voluntad
14. Sobre nuestro corazón
15. Sobre nuestra conciencia
16. Su intervención en el gobierno del hombre
17. Su intervención en la piedad
18. Los Ángeles Custodios son el elemento de ejecución de la divina Providencia
19. Cómo podemos honrar al Ángel de la Guarda
Triduo al Santo Ángel de la Guarda
Puede comprarse en Amazon.es , en Amazon.com, en Amazon.com.mx, Amazon.com.br (en papel o ebook Kindle).
En formato EPUB en la tienda de Kobo.
Pueden ver estas páginas al azar del libro. (Se les han recortado los márgenes).
La presente es re-edición de la del año 1918. Se ha mantenido íntegramente todo el texto del libro, se ha cambiado la grafía de algunas palabras para adecuarla a la actual y se ha añadido alguna aclaración (en cursiva y entre paréntesis).
En el capítulo 11 dice: "Es un hecho innegable que el demonio incita al hombre a cometer pecados bajo la especie de bien, puesto que nadie quiere el mal bajo la razón o la forma de mal. A este fenómeno se le llama tentación." Por ejemplo, nos incita a dañar a otro "por su bien", "para que aprenda", o a ver sólo un bien nuestro y no el mal que provocamos en el otro.
En el libro se encuentran expresiones como: "visión intuitiva de Dios", "entendimiento intuitivo", "mirada intuitiva de la idea y la voluntad de Dios". La palabra "intuitiva" no se refiere a lo que comúnmente llamamos "intuición", sino a una percepción directa, sin esfuerzo, tal como nos vemos la mano. Lo contrario de "entendimiento intuitivo" es el entendimiento habitual, por el que llegamos a darnos cuenta de las cosas por discurso, estableciendo relación entre unas cosas y otras: "Ahora lo entiendo, si llegaron los bomberos tarde fue porque se había caído el puente (me lo dijo Fulano) y la carretera antigua estaba en mal estado (me lo dijo mengano)". En el cielo veremos todo a la vez: a los bomberos llegar tarde, el puente caído, la carretera en mal estado y ellos pasando despacio por ella.
páginas: 116
tamaño: 14,5 x 20,5 cm
ISBN: 9798585298592
editor: Francisco Martín García
La tendencia natural del libro a plegarse puede corregirse forzando la apertura de las páginas. El encolado de las hojas es fuerte y no se sueltan.
"como dice Alberto Magno, seguido del común de los Teólogos, tenemos todos un demonio que vela y atiende a nuestra ruina." Discernimiento de los espíritus. Scaramelli, p.18.
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