Todas las reseñas que se leen por internet hablan sólo de los mismos temas generales. Parecen copias unas de otras y escritas por gente que no se ha leído el libro, porque hay muchos temas importantes, concretos, que citamos a continuación y nadie cita.
Escrito hacia el final de su vida, en el s.V.
Al principio se centra en un motivo particular que tuvo para escribirlo: hacía poco que Roma había sido saqueada por tribus del norte de Europa y algunos romanos achacaban al cristianismo sus males. Luego trata otros temas: las falsas creencias y vicios romanos, y otros temas de doctrina.
Hacernos darnos cuenta de cuánto nos han engañado o silenciado respecto a Roma:
Que los "bárbaros" (Alarico) que saquearon Roma (que otras fuentes dicen que había trabajado como mercenario para Roma y sabía latín), eran cristianos y respetaron a los cristianos y/o llevaron a otros romanos a los templos cristianos para proteger sus bienes y vidas (!).
Que el principio de la época romana fue virtuosa pero luego degeneró totalmente. Que a esta degeneración (según cita de algún gobernador romano) colaboró la destrucción de su principal enemigo (Cartago), la riqueza, y la promoción de los vicios por sus dioses (demonios).
Que el origen de los "juegos escénicos" (teatro que después ha derivado en varios tipos de espectáculos: cine, tv, conciertos,...) fue para cumplir el mandato de sus dioses para conseguir acabar con una epidemia (L1 c31 a 33). Eran por tanto actos religiosos. ("Los dioses ordenaban que se les ofreciesen representaciones teatrales para terminar con la peste de los cuerpos; el pontífice (el gobernador), por su parte, prohibió que se construyera el propio escenario para evitar la peste de los espíritus" -"peste de los espíritus" por lo que decimos a continuación).
Que en este "teatro" se representaban obscenidades y otras maldades. Este "teatro" apareció antes en Grecia pero los gobernantes romanos se resistieron a que se incorporara a las costumbres romanas y se construyeran obras permanentes para ellos (teatros, anfiteatros). Es decir, el Coliseo de Roma y tantos anfiteatros que hay repartidos por todos sitios, eran "monumentos" sí, pero grandes construcciones dedicadas a la difusión de obscenidades y vicios (¿nos suena algo familiar?), con la excusa de que era la representación de la vida de los dioses. (Libro 2 y 4). En procesiones a sus dioses también había cantos obscenísimos (L2c4 y 5).
Que la ley romana (sus "tablas") condenaba a muerte a todo artista que criticara a alguien y no eran bien considerados socialmente, al contrario que en Grecia, donde a los artistas incluso se les daba cargos políticos importantes o se les permitía criticar (llegando a criticar al mismo Pericles, que tanto les benefició). Séneca criticaba esta adoración a sus dioses, Platón phohibió que los poetas habitaran en la ciudad, el Senado romano prohibió las "bacanales" (Libros 2, 4 y 18).
(todo esto con profusión de citas de otros autores, no es una "opinión" de S. Agustín porque era católico)
Hacernos dar cuenta cómo los romanos (al igual que todas las otras culturas) tenían clara la intuición de que hay algo más que lo material. Que hay seres invisibles, espirituales, que influyen sobre el mundo material. Jesucristo vino a sacarles del error de adorar a demonios, pero les confirmó que esa intuición básica era correcta.
Aparte de lo anterior, trata brevemente otros temas de doctrina. Por ejemplo, cómo Dios sabe sacar de un mal objetivo (el Pecado Original) un bien mayor:
"Dios no criara no digo yo a ninguno de los ángeles, pero ni de los hombres, que supiese con su soberana presciencia había de ser malo, si no tuviera exacta ciencia de los provechos que de ella habían de sacar los buenos; disponiendo de esta manera el orden admirable del Universo, como un hermoso poema, con sus antítesis y contraposiciones." L11c18.
o L1c9 sobre cómo beneficia a los justos los castigos que padecen comunes con los pecadores,
o L11c17, L16c32 cómo los justos sacan fruto y provecho de las tentaciones,
o L11c23 cómo el mundo es hermoso aún con los pecadores (aunque éstos por sí son torpes y abominable su fealdad). Igual que el color negro tiene su lugar en una pintura.
o la genial lectura literal que hace del Génesis en L11c20 (quizá resumen de un libro suyo sobre este tema).
Esta forma de leer el Génesis nos sirve como ejemplo de cómo hay que leer, de cómo se lee bien. No "de corrido", sino atentos a lo que se dice y a lo que no se dice. Donoso Cortés leyó a san Agustín, probablemente esta famosa obra, y él también en su genial libro Ensayo sobre el catolicismo hace un ejercicio de lectura detallada, correcta del Génesis, que nos sirve tanto de iluminación de verdades que están en él pero habitualmente pasamos sin ver, y de inspiración y modelo para corregir nuestros vicios de lectura. |
A veces se echa en falta que el traductor no haya convertido la estructura gramatical original (en latín, con el verbo al final), a la más usual en español con el verbo en el medio (sujeto, verbo, predicado: "María come pan"), que facilita la lectura.
No es santo Tomás, por lo que aporta reflexiones claras en algunos conceptos pero en otros se embrolla un poco, como cuando primero dice que en el cielo habrá temor porque "permanece en los siglos de los siglos"), pero luego, evidentemente, acaba diciendo que "La vida bienaventurada... no tendrá temor ni dolor".
Algunos otros temas no los trata tan bien como autores posteriores: el tema de las pasiones como hizo luego santo Tomás, o el de la ira, en que el Catecismo del Concilio de Trento especifica bien claro que sólo es justo expresarla contra los que tenemos autoridad, y aun en este caso hay santos que recomiendan refrenarla (ver artículo "La ira siempre es pecado"). Además, en el tema de la ira no explica clara la diferencia entre la primera reacción, instintiva (por ello nunca pecado), con el "consentimiento de la voluntad" tras la primera reacción (que es cuando podemos pecar o no).
Hay algunas expresiones suyas que pueden sonar presuntuosas, como cuando titula un capítulo: "Cuáles fueron las costumbres de los antiguos romanos con que merecieron que el verdadero Dios, aunque no le adorasen, les acrecentase su imperio", pues los designios del señor son inescrutables.
No se asuste nadie cuando lea que la obra está compuesta de 22 libros, cada uno con sus capítulos. Realmente cada uno de esos "libros" correspondería más bien a lo que hoy consideramos "capítulos", y sus "capítulos" a lo que hoy diríamos "apartados", pues en general son cortos. En total la obra tiene 800 páginas (según el formato), que la hace un poco larga pero no lo que puede inducir a creer por "22 libros". Quizá uso el término "libros" porque la publicó "por entregas" (cada una un "libro").
En España, desde el cambio de régimen político en 1975 está creciendo un movimiento político (municipalistas.es) independiente de los grandes partidos, sin ideología, y que coordina pequeños partidos de todas las ideologías. En la Comunidad Valenciana ya tienen el 30% de votos. Quieren que los ayuntamientos reciban el dinero que en justicia les corresponde. Todos unidos para conseguir ese objetivo. |
En España se puede comprar agua de mar en casi cualquier dietética (por ejemplo, esta), en farmacias (más cara), y en algunos supermercados como éste. O en esta panadería ecológica que hace el pan con agua de mar y también la vende. |
Rezar el Rosario (mejor en latín) es el último y único recurso que nos queda.
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