La alternativa es sentarse en el suelo o de cuclillas y permanecer de pie más rato.
Cualquier cosa artificial que usamos para ayudarnos en alguna tarea, por otro lado nos perjudica:
usar la calculadora hasta para sumar lo más evidente, atrofia la capacidad de cálculo mental.
sentarse para defecar lo dificulta.
el calzado da varios tipos de problemas (posturales, hongos,...).
la ropa también da varios tipos de problemas.
las prótesis: implantes, gafas, marcapasos, sillas de ruedas,...
las casas, automóviles, bicicletas,...
Cada uno debemos ver (en cada ocasión) si los beneficios son mayores que el coste.
Pero para ello, debemos conocer el coste, del que a menudo, nos olvidamos.
Todo músculo que no se usa se atrofia. Estando sentados o tumbados en el sofá dejamos de usar ciertos músculos y tendones. Si no abusamos de sentarnos, tendremos mejor musculatura y nos será más fácil mantenernos en una buena postura de pie.
¿Qué sentido tiene que a primera hora de la mañana corramos a ocupar los asientos de los transportes públicos? ¿Ya estamos cansados a esa hora? (Es una pregunta general, cada uno sabrá si debe o no hacerlo: quizá no hay sitio de pie, o el trayecto es largo, o...).
Sentarse en el suelo sigue siendo lo normal en muchas culturas y lo fue en la nuestra:
En El Quijote, Sancho Panza invita a su mujer a "sentarse en el suelo entre alfombras y almohadas".
Los japoneses se sientan actualmente en el suelo en las reuniones importantes (en postura de seiza).
Las carmelitas se sientan en el suelo, también las hermanas seguidoras de Sor Ángela de la Cruz (hermanasdelacruz.org).
La postura de pie siempre ha significado disposición para la acción. Los judíos cenaron de pie antes de escapar de Egipto; antes no había bancos en las Iglesias, la gente estaba de pie (y siguen de pie en las misas de los cismáticos orientales, los "ortodoxos").
Es de buena educación ponerse de pie cuando alguna autoridad entra en la sala donde estamos sentados, ya sea el profesor de una clase de niños, como el sacerdote entrando para iniciar la misa, o una formación de soldados cuando llega el comandante (todo esto por desgracia ha pasado a la historia o está pasando).
El estar sentado (o peor, en un sofá o butaca cómoda) nos lleva a la pasividad, a la susceptibilidad, a ser fácilmente sugestionables.
O cuando alguien quiere controlar a otro le dice “¡siéntese!” (que fue lo primero que dijo Tejero a los parlamentarios cuando entró en el hemiciclo: “¡Se sienten, co..o!”). Otro ejemplo: una de las órdenes con esto del virus es: “gran parte de los eventos deberán tener a los asistentes sentados y un máximo de 800 personas por acto”.
Estar sentado, en algunos sitios, es imperativo, como en los aviones. Si la gente no estuviera bien fija en un sitio (especialmente en momentos críticos del vuelo como aterrizaje, despegue, turbulencias), podría desplazarse rápidamente de un sitio a otro: producirse avalanchas, que además de los daños directos entre la gente, desequilibrarían al avión. Así se hunden muchos buques, al moverse la carga.
En otros sitios donde no hay razones de peso y evidentes como las anteriores, no hay que descartar otros motivos: por ejemplo, en estadios, oficinas de banca, del gobierno,...
En las escuelas "libres", parece que los niños tampoco están sentados, como en los colegios habituales. Como caso análogo, pueden ver este vídeo de uno de los mejores diseñadores dando clase de creatividad a niños (se les ve de pie en 8:10 y al principio). En él se ve a los niños trabajando / jugando de pie, no sentados. La posición sentada no es la mejor para la creatividad.
Ningún político (desde Hitler a los actuales) o general arenga sentado. Los grandes personajes de las empresas de tecnología dan sus conferencias de pie en el escenario. Dar una conferencia sentado detrás de una mesa no es lo mejor para nadie.
Los musulmanes no tienen sillas en sus mezquitas, los cristianos cismáticos orientales tampoco, en los templos hindús,... en tiempos de las catedrales parece que tampoco usaban sillas ni bancos.
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