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Importancia de dar la mano al enfermo (y a los bebés)

(Tema no muy reflexionado ni experimentado. El lector tome lo que le sirva).

A quien

A enfermos con los que no se puede establecer mucha comunicación oral, aunque también a los que sí. También a bebés.

En qué consiste

Hablamos de dar la mano, tocar, acariciar con nuestra mano la suya (o las dos manos).

No estamos hablando de acariciarle la cara, o la cabeza, o el hombro, o la barriguita,...

Hay varias formas de establecer relación entre dos manos: más o menos de igual a igual, o una que toca y la otra que es tocada, agarrada, acariciada (una activa y la otra pasiva).

Es por tanto, como dialogar con la otra persona. Cuando dialogamos tanto hacemos algo activo (hablamos), como pasivo (escuchamos).

La otra persona puede necesitar más hablar que escuchar, aunque siempre es conveniente algo de alternancia en los papeles:

Qué pasa cuando damos la mano

Pues, evidentemente, que hay un dialogo muy directo entre los dos donde es más difícil engañar al otro. Cuando nos damos la mano formalmente transmitimos menos porque es un momento y podemos (intentar, en parte) fingir, pero cuando hay un contacto prolongado, pues el otro se da cuenta de lo que sentimos sin pronunciar ninguna palabra.

Evidentemente, si estamos “mal”, no es el mejor momento de tomarle la mano a nuestra madre enferma.

Resultado

Observemos la posición de sus manos al entrar al visitarle y al salir. Igual vemos que al entrar las tiene cerradas, tensas, y al salir las tiene relajadas.

Por qué la mano y no otra parte del cuerpo

El que mueve los pies quizá mueve el corazón, pero parece claro que el que mueve las manos, mueve la cabeza:


En España, desde el cambio de régimen político en 1975 está creciendo un movimiento político (municipalistas.es) independiente de los grandes partidos, sin ideología, y que coordina pequeños partidos de todas las ideologías. En la Comunidad Valenciana ya tienen el 30% de votos. Quieren que los ayuntamientos reciban el dinero que en justicia les corresponde. En este movimiento no sólo hay gente de izquierda y derecha, sino que entre sus votantes hay desde asesinos, traficantes de droga, pervertidores de niños,... hasta la gente peor: los que tienen un poco de odio a su vecino (I Juan 3,15). Todos unidos para conseguir ese objetivo.

En España se puede comprar agua de mar en casi cualquier dietética (por ejemplo, esta), en farmacias (más cara), y en algunos supermercados como éste.

O en esta panadería ecológica que hace el pan con agua de mar y también la vende.

Rezar el Rosario (mejor en latín) es el último y único recurso que nos queda.
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