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(Recomendación general. No soy médico ni terapeuta)
Agua de mar para:
quemaduras, úlceras en la piel, heridas (lavarlas, compresas,...)
hemorragia (inyección en vena)
agotamiento después de un esfuerzo intenso, como los deportistas (bebida)
intoxicación (vía anal)
hernias discales (inyección subcutánea)
Estos problemas también pueden tratarse con agua de mar por otras vías, pero creo, en general, menos convenientes. Aunque el agua de mar resuelva el problema rápidamente, conviene, sin prisa pero sin pausa, investigar la causa y tratarla. Las cosas no nos vienen “porque sí”, por “mala suerte”.
Hamer.
(Aunque casi siempre conviene echar una ojeada a los libros de Hamer aunque la enfermedad sea más banal: gota, migraña,...). Hamer también nos sirve para entender muchos síntomas leves (gripes, fiebres,...).
Si Hamer nos alumbra en nuestro problema, entonces podemos hacer lo explicado en detalle en el libro (cap. 9) y usar el agua de mar o cualquiera de las innumerables terapias que hay, escogiendo la que más nos convenga (y no nos dañe el cuerpo ni el espíritu -terapias solapadamente demoníacas).
Ojo con Hamer: si el diagnóstico se ha hecho en base a un TAC, entonces no hay más que hablar, lo que dice el TAC “va a Misa” (misas verdaderas como las de antes, no como las de ahora). Pero si el diagnóstico se ha hecho en base a una entrevista con el paciente, aunque parezca “clarísimo” el choque psíquico que sufrió como desencadenante de la enfermedad, no hay que olvidar nunca los dientes, que pueden ser el verdadero origen, y el diagnóstico en base al shock psíquico sólo una casualidad o un error de diagnóstico.
Cuando estamos en la fase de tensión, aunque la enfermedad tenga un origen claramente emocional, un origen psíquico (cáncer de páncreas por tener una lucha entre hermanos por una herencia o similar), siempre hay que revisar el estado de los dientes y conviene tomar agua de mar.
Los dientes son muy importantes (ver apartado siguiente).
El agua de mar nos nutrirá de los oligoelementos que podamos carecer y nos desintoxicará. El resultado final es un efecto calmante que nos ayudará mucho a superar la fase de estrés.
Para todo lo que son trastornos funcionales sin una manifestación orgánica (dolores, molestias, u órganos que dejan de funcionar normalmente: parálisis, gastritis, estreñimiento, diabetes, Alzehimer, tiroides,...) o sin un origen claro, conviene comprobar:
Mirar el estado de los dientes. Muy importante. Origen de muchos problemas y agravante de muchos otros, pues pueden estar quitándonos energía que necesitamos para tomarnos las cosas con más calma, o pueden impedir que fluya la energía normalmente dentro del cuerpo y tengamos una vitalidad baja y convertir una pequeña dolencia fácilmente superable en algo grave. Si ellos están mal no hay curación posible. Decimos: "no tengo ganas de...". ¿No será que no tengo energía para? Cada día nos hacen "daño" más cosas: que si la grasa, que si el gluten,... ¿no será que cada día tenemos menos energía porque nos la quita unos dientes en mal estado?
Desgraciadamente muy pocos dentistas saben sobre esto, a pesar de que lo enseñaba el Dr. Adler -eminentísima figura en este tema y miembro honorífico del colegio de dentistas de Cataluña (España). Hay que hacerse una ortopantomografía y tratar los problemas habitualmente de mayor a menor importancia (que no quiere decir que a veces la culpable sea una pequeña caries, como explica el Dr. Adler):
Restos de raíces o dientes infectados (siempre fuera)
Dientes “matados el nervio” (tarde o temprano tienen que ir fuera)
Graves malposiciones: dientes que no pueden salir, que chocan con otros (idem)
Muelas del juicio. Aunque estén perfectamente sanas.
...
En otros tiempos los médicos rechazaban tratar a ningún paciente que no se hubiera arreglado antes los problemas citados en la dentadura, para no perder ellos el tiempo ni hacérselo perder al paciente.
¿Llevamos calzado con suela blanda o tacón? (Lo ideal es ir descalzo. Los tarahumaras, siempre campeones en las carreras de larga distancia por la montaña, calzan sandalias con suela de goma de neumático -dura; el campeón olímpico de maratón, Abebe Bikila, y otros, van descalzos). Y que el calzado no sea corto (que no nos obligue a ir con los dedos encogidos, sino estirados) ni estrecho. Los peores calzados: zapatillas "deportivas" con suela gruesa y bien blanda, zapatillas "de viejo", "para estar por casa", "de invierno", zapatos "naúticos" (con suela blanda), zapatos con plantillas blandas,... Si la suela es blanda, cada paso que damos estamos gastando energía en deformarla; ciertamente que no mucha, pero si multiplicamos por los pasos que damos al día, ya no es tan poca. Tampoco suelas rígidas, que nos hacen andar como los patos, impiden doblemos el pie.
En todo caso:
Evitar comer productos químicos (azúcar, sal refinada, aditivos alimentarios, tabaco, margarina, medicamentos,...). Pues quizá nuestros problemas son sólo originados porque nos intoxicamos (leve pero durante mucho tiempo) con lo anterior.
Tomar agua de mar, pues quizá sea suficiente para restablecernos.
Si hemos tenido un problema de salud (un ictus, una EM, ELA) y vemos o nos cuentan de gente que se han recuperado totalmente y nosotros no conseguimos recuperarnos del todo, probablemente es porque tenemos algún otro mal que si encontramos y resolvemos nos llevará a la salud normal. No hemos de resignarnos aceptando diagnósticos pesimistas.
Si no hemos encontrado un origen claramente material de nuestra enfermedad (una endodoncia, un mal calzado, etc.), además de ocuparnos de ella hemos de ocuparnos de la causa emocional que nos llevó a ella, para no recaer. (En el el caso de ciertos cánceres -pulmón, páncreas,...- esto hemos de hacerlo para curarnos).
Las urgencias -intoxicaciones graves, bronquitis graves, vómitos de sangre, peritonitis, bloqueos intestinales, desprendimiento de retina, - se tratan en los hospitales.
Evitar morir en un hospital. Nuestro último pensamiento decide nuestro destino después de la muerte. Los creyentes lo llaman “la perseverancia final”. Un hospital no es el sitio más tranquilo para morirse, el sitio donde podamos prepararnos para el momento más importante de nuestra vida.
Tener la mejor relación posible con Dios, siguiendo la religión de nuestros abuelos (no la que enseñan ahora). Esto es lo principal y lo mejor, porque si no, estaremos sanos para hacer el mal con más energía, como cuando fuimos jóvenes.
"El hombre que ha pecado contra quien lo creó, caerá en las manos del médico" (Eclesiástico, 38, 15).
Es imprescindible amar a los padres.
Benditos médicos del seguro (en España) que recetan esto. |
Rezar el Rosario (mejor en latín) es imprescindible.
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