(Comentario de la novela 1984 de George Orwell)
En internet se encuentran buenos comentarios de la novela, pero no hablan de un aspecto esencial de la misma: el papel de la religión en la sociedad que describe.
La tesis de este artículo es que George Orwell compartía la visión del mundo de Mons. Gaume: como lucha entre Dios y una criatura (el Demonio, Satanás, Lucifer).
En esta página de presentación tienen algunos detalles sobre este tema.
Tesis: La novela 1984 de George Orwell tal como fue escrita, conscientemente o llevado por la inspiración, contiene una serie de detalles que inducen a, o al menos ser coherentes con, compatibles con, la visión del mundo según la Iglesia: como campo de batalla entre Dios (el Espíritu Santo) y una criatura (Lucifer).
Esta visión es la de la Iglesia, y Mons. Gaume en su libro “Tratado del Espíritu Santo”, del s. XIX, la explica de manera clara y amena.
George Orwell no dice en la novela que “el partido” (los que mandan) estén inspirados por el Diablo. Pero hay una serie de frases que parecen llevar a esa idea.
Recordemos que el Diablo es un ser vivo (con intenciones) espiritual (inmaterial como los pensamientos).
Recordemos que Cristo dijo “mi Reino no es de este mundo (material)”.
Es decir, que en la realidad inmaterial hay una lucha entre ambos y que si hay alguna pelea material entre los seguidores de ambos señores es sólo una consecuencia de la pelea que hay “en los cielos”.
Recordemos que el Diablo es “el Señor de la mentira”, y más esencialmente su predilección por destruir, separar:
- la carne de la sangre: matar
- las palabras de la realidad: la mentira
- las palabras de su verdadero sentido: la destrucción del lenguaje, el lenguaje “políticamente correcto” que en la novela se llama “Neolengua”.
- el hombre de Dios: la condenación
- una gente de otra: el odio entre las personas
todo esto es justo lo opuesto a Cristo “Yo soy la verdad, el camino y la vida”.
Las frases que indican que Orwell consciente o inconscientemente (pero no explícitamente) hablaba del Demonio como instigador de “el Partido” son:
- Las que consideran la religión como enemiga de “el Partido” (confesión del protagonista diciendo que era creyente, personaje encarcelado por utilizar la palabra “Dios” en su trabajo, cuando dice “Innombrables palabras como honor, justicia, moralidad, ... y religión simplemente habían dejado de existir”. Quizá la principal enemiga, pues llega a decir: “Incluso el culto religioso se les habría permitido si los proles hubieran manifestado la menor inclinación a él”.
- La importancia de los pensamientos: “Lo único eficaz ... es la policía del pensamiento”, “a los ojos del Partido no había distinción entre los pensamientos y los actos”, “nos resulta intolerable que un pensamiento erróneo exista en alguna parte del mundo, por muy secreto e inocuo que pueda ser”. Atreverse a juzgar los pensamientos es quererse poner en lugar de Dios. Ni la Iglesia juzga lo interior de la gente ("De internis, neque Ecclesia judicat"), sólo sus obras. ¿Quién inspira a “el Partido” y quiere ponerse en lugar de Dios?: el Diablo.
- La importancia del último pensamiento de cada persona: para “el partido” es importante hasta el último pensamiento de cada persona, cuando si tuviera objetivos meramente mundanos no debería importarle lo que pensara el disidente cuando ya nada podía hacer. Ni siquiera en el instante de la muerte podemos permitir ninguna desviación”. Por la religión sabemos lo decisivo del último momento, de la “perseverancia final”.
- El uso por “el partido” de la destrucción para todo (igual que el Demonio):
destrucción del lenguaje (“la destrucción de las palabras es algo de gran hermosura”)
de la consciencia (“nuestra ortodoxia es la inconsciencia”, “la finalidad de la neolengua ... era ... disminuir el área del pensamiento”)
de la unión, promoción del odio entre la gente (“personas separadas por muros de odio y mentiras”)
de la memoria (“¿es que sólo él, Winston, seguirá poseyendo memoria?”)
de las virtudes “Nunca podrás amar, (...) tener valor, ser íntegro. (...) Todo habrá muerto en tu interior”.
del pudor, de la sensibilidad: “El partido editaba pornografía para los proles”.
de la libertad: uso de los progresos técnicos “sólo cuando sus productos pueden ser empleados para disminuir la libertad humana”. Objetivo de “el partido”: “extinguir para siempre la posibilidad de toda libertad de pensamiento”.
destrucción de la verdad “denegación sistemática de la realidad”, “negar la validez de la experiencia y que exista la realidad externa”, “la orden esencial del partido era negar la evidencia de ojos y oídos”, “la mayor herejía era el sentido común”. Destrucción de la lógica “2 más 2 ya no son 4”
eliminación del sentido de la vida: “cortados todos los contactos con el mundo exterior y con el pasado, el ciudadano de Oceanía es como un hombre en el espacio interestelar, que no tiene manera de saber por dónde se va hacia arriba y por dónde hacia abajo”, “lo más característico de la vida moderna no fuera su crueldad ni su inseguridad, sino su vaciedad, su absoluta falta de contenido, pasar el tiempo en inmundas tareas: remendar un calcetín,...” (ahora lo pasamos rellenando papeles para pedir permisos, pagar impuestos; o sufriendo la “obsolescencia programada” de los aparatos; o simplemente agotados en un trabajo embrutecedor para poder subsistir).
eliminación de la belleza: “Todo lo antiguo, y mucho más lo que tenía alguna belleza, resultaba vagamente sospechoso”.
- El desprecio hacia los que no son de “el partido”: “los proles no son seres humanos”, “los proles y los animales son libres”.
Cuando alguien escribe una novela, quizá haya frases en las que haya puesto más intención y cuidado que en otras, que quizá las ha escrito casi maquinalmente, llevado totalmente por la inspiración. Nunca sabremos si las anteriores fueron intencionadas o no. Pero parecen corroborar la tesis.
La censura de la época de Franco, para censurar un libro, seguía estas preguntas:
¿Ataca al Dogma?
¿A la moral?
¿A la Iglesia o a sus Ministros?
¿Al Régimen y a sus instituciones?
¿A las personas que colaboran o han colaborado con el Régimen?
Los pasajes censurables, ¿califican el contenido total de la obra?
Es decir, que estaban interesados especialmente en la defensa de la religión, y dado que el libro no la atacaba, permitieron su publicación con la omisión de los textos censurados (muy pocas veces se procedió a reescribir o modificar el texto).
Por ejemplo, cuando habla de la longevidad de las “sociedades por adopción”, el original añade el ejemplo de la más importante: la Iglesia, donde la pertenencia es voluntaria, no hereditaria o de otro tipo. Ese ejemplo fue eliminado incomprensiblemente por la censura.
Hay otras frases eliminadas, también incomprensiblemente, porque no atacan la religión, sino todo lo contrario. Quizá preferían “cortar por lo sano” y no correr riesgos.
Por ejemplo:
Después del párrafo que dice:
“Los grupos gobernantes se hallaban contagiados siempre en cierta medida por las ideas liberales y no les importaba dejar cabos sueltos por todas partes. Sólo se preocupaban por los actos realizados y no se interesaban por lo que los súbditos pudieran pensar.”
La obra original dice:
“Even the Catholic Church of the Middle Ages was tolerant by modern standards”.
Traducción: “Incluso la Iglesia (Católica) de la Edad Media era tolerante desde el punto de vista moderno”.
Hace unos años, un servidor tuvo la ocasión de ver un manuscrito censurado, escrito por una persona famosa. Recuerdo que estaba censurada la frase: “el dinero es el socio capitalista del ego” (del orgullo).
Normalmente la censura hoy no deja rastro en forma de tachones en un papel, sino que usa el silencio, la no aceptación del manuscrito completo. Tema más tabú: la religión. Tema más tabú dentro de la religión: decir que el Vaticano está en manos de los que mandan, que no sirven a Dios, que el papa es un impostor, un usurpador. De todo lo demás puede hablarse, y mostrar los trapos sucios de todos: (falsos) curas pederastas, (falsos) obispos idem,... pero no tocar el tema principal: que la doctrina que enseña el (falso) papa no es de Dios. Toda la basura que se publique sirve al Demonio siempre que no se toque la mentira esencial, que pondría en peligro el objetivo del Demonio: que cada uno nos condenemos.
(*) El documento sobre "Homenaje a Cataluña" trata poco la censura de 1984 pues su objetivo es otro. Sólo se refiere cuantitativamente a los retoques, no los cita literalmente, sólo por número de página de la edición del libro de 1952, actualmente difícil de encontrar.
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