(Antes del uso de razón)
La química describe los tipos de materiales y sus combinaciones.
La física explica el movimiento de la materia (sin que haya cambios en ella, que ya sería química).
Las matemáticas sólo se fijan en las cantidades de materia.
Y la metafísica explica lo más básico de la realidad (material o no).
Los niños pequeños van aprendiendo por los hechos cotidianos lo que dice la metafísica:
Hay cosas (con sus sentidos percibe diferencias, no todo es lo mismo; hay cosas, que se repiten una y otra vez: la cara de mi madre, su voz, el comer,...)
Las cosas no pueden ser y no ser a la vez ("ahora mi madre está conmigo, ahora mi madre no está"). En un sitio sólo puede haber una cosa.
Hay cosas que son lo esencial y otras que son accesorias ("mi madre es esencial, el color del vestido que se pone es accidental")
Hay cosas que no son pero pueden ser ("no veo pero si abro los ojos, veo")
Todo tiene un motivo, causa ("si me sale sangre de la rodilla es porque me he caído")
Hay cosas que pueden llegar a ser si ocurre además otra cosa ("si quiero coger aquéllo y no llego y está mi padre, puedo pedirle que me lo de y lo conseguiré")
Puedo dividir las cosas en trozos, partes
...
los metafísicos dicen lo anterior con su jerga: definición de ente (lo que es), principio de no contradicción, impenetrabilidad de la materia, necesidad y contingencia (esencia y existencia), potencia y acto, principio de causalidad, futuro condicional, que el todo es mayor que la parte,...
Todo esto de pequeños lo aprendimos sin ser conscientes, de forma repetitiva, con gran intensidad porque va asociado a necesidades vitales; lo que hace que acaben siendo convicciones muy arraigadas (¡además de que son afirmaciones verdaderas, que coinciden con la realidad!).
El Demonio pretende destruir todo, hasta nuestras convicciones más básicas.
¿Por qué? Quitarnos esas convicciones básicas el un paso previo para luego quitarnos otras convicciones que nos frenan que le obedezcamos.
Y así intenta convencernos de todo tipo de locuras:
la realidad no existe, la creas con la mente (los demás no existen, sólo tu)
puede cambiarse hasta lo esencial y que eso siga siendo lo mismo
no existe la esencia, todo es un caos, confusión, niebla
2 + 2 puede ser 5
las cosas ocurren "porque sí" (el azar existe: hay una pequeñísima posibilidad, pero no cero, de que de repente aparezca un Ferrari en mi garaje, sin yo ni siquiera abrir la puerta)
...
Si nos olvidamos de cómo se suma empezaremos a tener problemas en muchas áreas de nuestra vida. Igual y evidentemente si nos olvidamos de alguna de esas verdades básicas.
Lo que hemos explicado es antes de que el niño hable. Luego el lenguaje lo refuerza, como explica Mons. Garrigou-Lagrange, en su obra El sentido del misterio (p. 67), en particular con el uso del verbo ser (o estar):
"Conocer el profundo sentido del verbo ser sería ya conocer el modo como se aplica analógicamente a lo que existe por sí mismo desde toda la eternidad y a lo que existe por otro y de manera contingente; a lo que es en sí (sustancia) o en otro (accidente). Equivaldría a saber cómo se aplica el ser a lo real actual y a lo real posible, y luego al pasado y lo futuro. Sería conocer la definición del futuro absoluto (por ej., Pedro será fiel a su maestro) o de un futuro condicional (aunque se encontrara en las más dolorosas circunstancias, Pedro sería fiel a su maestro hasta el martirio). Y eso equivaldría a conocer ya lo esencial de la metafísica general u ontología, y aun más, porque el futuro absoluto y el futuro condicional no pueden ser definidos prescindiendo de los eternos decretos de Dios."
En este otro artículo hablamos de cómo, después de aprender metafísica los niños pequeños se pueden hacer santos y sabios.
En este otro artículo vemos todo esto aplicado a Sta. Bernadette, que nos puede servir de guía.
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Benditos médicos del seguro (en España) que recetan esto. |
En España se puede comprar agua de mar en casi cualquier dietética (por ejemplo, esta), en farmacias (más cara), y en algunos supermercados como éste. O en esta panadería ecológica que hace el pan con agua de mar y también la vende. |
Rezar el Rosario (mejor en latín) es el último y único recurso que nos queda.
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