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Nuevo libro sobre el cielo (del autor del libro "Beber agua de mar")

(Con el mismo estilo que su libro precedente: con lenguaje sencillo, con más de 60 ilustraciones)

portada del libro Contenido

El objetivo del libro es explicar nuestra situación psicológica en el cielo, y para ello antes repasa los aspectos básicos de nosotros y de la realidad, conceptos que en su mayor parte se mantienen allí (realidad, verdad, gozo, tiempo, amor).

También describe las fases hasta llegar al cielo, con los cambios que hay al pasar de una a otra.

Aporta informaciones sorprendentes y sugerentes sobre cómo funcionamos:

Este libro expone las enseñanzas más fiables de la Iglesia: de la Biblia, de Santo Tomás, y S. Agustín.

Lo que haremos en concreto en el cielo es una propuesta del autor en base a lo explicado, así como la metáfora que usa para describir la realidad esta y aquella, y el aviso sobre la situación actual de la Iglesia, que está desarrollado en este otro artículo y avala con hechos lo que mucha gente cree.

Aproximadamente cada página presenta una idea. Es un libro que ayuda a reflexionar sobre cada idea, no para leer "de corrido".

Hay páginas que presentan conceptos básicos tan visual y sencillamente que pueden ser leídas por niños y jóvenes.

No es un tratado sobre el cielo que recoja todos los aspectos y detalles. Para ello hay libros como "La vida en el cielo" del P. Barbens, y sobre todo "El cielo", del P. Cayo Electo. (Por ejemplo, no explica cómo es el paisaje del cielo; el cuerpo de resurrección; etc.)

Aquí tienen algunas páginas: la 18, la 22, la 25, la 26, el índice (de la primera versión). Tienen el PDF completo a continuación.

Vídeo

Entrevista que hacen al autor sobre el libro (43 min).

Documento PDF

En esta web martin13.com siempre encontrará la versión PDF más reciente.

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Para evitar descargas de robots, deben hacerlo "a mano", tecleando (donde se escribe la dirección en el navegador, la URL), lo siguiente:

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Puede enviar este libro (en PDF o impreso) a otras personas que conozca, pero siempre todo completo, tal como está y de forma gratuita. No coloque el PDF en internet o redes sociales, pues ya está en este sitio web (y aquí estará siempre la última versión).

Uso de partes del libro:

Aproveche las ideas del libro pero no copie el texto (no haga "copiar y pegar"). Si usa las ilustraciones, cite la fuente: libro "Qué haremos en el cielo", martin13.com.

Enlace:

Difunda la web donde está el libro (martin13.com), pero no el enlace concreto, porque el enlace cambia con cada nueva versión.

Es decir, diga: "He encontrado este fabuloso libro en martin13.com", pero no "en https://www.martin13.com/docs/libro-que-haremos-en-el-cielo-15-10-2021.pdf").

Dónde comprarlo impreso

En Amazon (Amazon.com, Amazon.es , Amazon.com.mx,...). En España a un precio de 3,7 € más gastos de envío. (La versión a la venta en Amazon es la misma que la más reciente del PDF, pero con la encuadernación típica de libro y portada y contra en color). Para encontrarlo en Amazon hay que poner el título y el nombre del autor: qué haremos en el cielo francisco martin.

Aviso de cómo leerlo

No pretenda el lector entender todo a la primera. Por ejemplo: la primera página dice "estamos hechos como Él (Dios)". Esa página es sólo "un aperitivo", e igual que no se pretende que los aperitivos sacien el hambre de los comensales, igualmente con esa página no se pretende que el lector se convenza de que "estamos hechos como Dios": ya vendrán luego "platos más consistentes", páginas que desarrollen esa idea. Igualmente al principio cita a los ángeles de pasada, pero luego se habla más específicamente de ellos. Igualmente de otras cosas.

Formato

Tiene un formato DIN A4 vertical (30 cm de alto por 21 de ancho). No hay formato ebook por el tamaño de sus ilustraciones. 118 páginas. Título: Qué haremos en el cielo. (Subtítulo: Y el camino a él).

Historial de cambios

Primera versión: 15-10-2021.

Segunda: 9-12-2021 (incluye sólo la contraportada del libro impreso en la página 2 del PDF)

Tercera: 4-6-2022 (ver los cambios respecto la anterior en este documento).

Cuarta: 22-8-2022 (ver los cambios respecto la anterior en este documento).

Quinta: 30-11-2022 (ver los cambios respecto la anterior en este documento).

Ampliaciones que no se incluirán en el libro

Los demonios que nos persiguen como moscas

No es una fantasía, es descripción exacta de la realidad. S. Teresa (de Ávila), en sus Moradas describe el alma como si fuera un castillo con muchas habitaciones, y "en pocas moradas de este castillo dejan de combatir los demonios", "el Demonio... debe tener en cada una (morada) muchas legiones de demonios para combatir...".

Hombre - animales

Hablando de que miramos al revés cuando creemos ver comportamientos humanos en los animales (p.16), un ejemplo de ello es esta web (de venta de gallinas) que dice: "Si te fijas, una gallina necesita lo mismo que una persona para ser feliz: sentir la tripa llena, no tener sed ni calor, pasear respirando aire fresco, vivir en un espacio seguro y confortable…" ¿La gallina necesita lo mismo que nosotros o esos son nuestros instintos animales como los de las gallinas?

Como esa web, también hay libros que sólo ven (y proponen ver) al hombre como un animal, como uno que acabo de leer que dice: "Buena salud, cobijo, comida y bebida. Podríamos decir que eso es todo lo que una persona necesita para ser feliz."

No hay cambios esenciales al morir

(p.85) «Es doctrina común de los teólogos que en la gracia virtualmente está contenida la misma visión beatifica, la cual no es más que una consecuencia de aquélla. El que participa del ser y la naturaleza de Dios, tiene que participar de su bienaventuranza. Por eso la gracia es mas excelente que la misma visión beatifica, consideradas separadamente (in sensu diviso), y que la luz de gloria por la cual se ve la divina esencia. La unión con Dios, substancialmente, es la misma, y no difieren sino "en la condición o estado".» p.104 «Lo que se nos dará en el cielo no es más que la consumación de lo que en esta vida se nos ha dado, porque esa consumación no es posible en el estado presente.» p.108 «Esta unión tendrá su complemento en la gloria por la visión intuitiva de la divina esencia: mas, en lo esencial, está ya realizada en esta vida por la gracia. Por eso a los santos paréceles que el cielo es ya una cosa secundaria, cuando en esta villa vienen a tener conciencia de que poseen a Dios, que es lo esencial, ya que el poseerle por visión clara o entre las sombras de la fe sólo depende de su condición y estado.» Los dones del Espíritu Santo y la perfección cristiana, Juan de S. Tomás, Menéndez-Reigada.

La gracia como amor de Dios

«El amor procede de una exuberancia de bien en el sujeto, que tiende a ponerse fuera de sí, a derramarse en otros seres, si tratamos, como es natural, del amor de benevolencia. Por eso Dios, que es bien infinito, por necesidad de su misma naturaleza tiene que amar con amor infinito. Esa necesidad se satisface plenamente en el seno mismo de la Divinidad con la multiplicidad de personas, siendo el Espíritu Santo el amor substancial entre el Padre y el Hijo; mas cuádrale perfectísimamente a esa Bondad infinita derramar fuera de Sí todo el torrente de su amor, no ya por necesidad de su naturaleza, sino por un acto libre de su voluntad, como más manifestativo de su bondad soberana. Amar, pues, a una criatura sin límite ni medida, desbordando en ella el caudal eterno de su amor inmenso, queriendo para ella todo el bien de que sea capaz, todo el bien que Dios mismo puede dar, que no es otro que el bien infinito de que Él eternamente goza, es lo que Dios hace cuando comunica al alma su gracia. Cuando crea al hombre, le ama con un amor parcial y limitado; cuando le justifica, le ama con un amor plenario y absoluto (simpliciter), correspondiente a la misma bondad de Dios.

Por consiguiente, la gracia no es más que una consecuencia de este amor ilimitado que Dios tiene al hombre, con la cual el Padre nos da al Hijo, nos envía al Espíritu Santo y Él mismo se entrega, para hacerse los tres nuestro Dios. Y la gracia juntamente nos da el poder reclamarle y conocerle cual es en Sí y entrar dentro de Él por conocimiento y amor sobrenaturales, que tienen por termino la misma realidad física de Dios como don preexistente en el alma. No se ha de olvidar que ese derramarse Dios fuera de Sí sobrenaturalmente, es atraer a Si la creatura racional, introduciéndola en la participación de su vida trinitaria.» Ib. p 105-106.

Consecuencias de nuestros actos

Cuando devolvemos algo que hemos comprado, aunque la empresa lo diga, no es gratis (aparte de que vayan o no por nuestra cuenta los gastos de envío de vuelta). Es gratis para nosotros aparentemente, pero la empresa quiere subsistir, tiene su previsión de devoluciones que es un coste que incluye en el precio de sus artículos. Si esa previsión se queda corta porque mucha gente devuelve artículos, tendrán que subir el precio a todo para no perder dinero.

Leyenda del pastor reticente en el Nacimiento

El libro "¡Padrenuestro!" de Tihamer Toth, cuenta que uno de los pastores que vio la estrella del nacimiento no fue inicialmente al portal. Sólo fue luego de que los otros le comentaron lo sucedido. Incluso entonces fue y decía "no ver más que a un recién nacido". Le preguntaron si llevaba algo de ofrenda para él y dijo que no. Le sugirieron que diera su chaleco de piel de oveja para abrigar al niño Dios. Cuando así lo hizo es cuando se dio cuenta de lo especial de aquel niño.

Esta historia aparentemente sólo simpática describe la verdad teológica importantísima que explica el libro: sólo si practicamos el amor puro en la tierra veremos a Dios en el cielo (porque Su amor es puro).

Respuesta a preguntas recibidas

Si en el cielo recordamos nuestra vida, y hay gente que lo pasa muy mal en ella, ¿no tendrán dolor por ello en un sitio donde es imposible el dolor?

R: En el cielo sólo hay verdad, la forma como Dios ve las cosas. Los que ahora tienen dolor, en el cielo verán que ese dolor era necesario, conveniente, bueno para ellos: como ahora nos duele tener que estudiar, examinarnos,... y luego comprendemos que es necesario para aprender.

¿El cielo es un lugar -donde ya ahora está el cuerpo de nuestro señor Jesucristo y el de la Virgen- o un estado?

R: Pues es ambas cosas porque así lo enseña la Iglesia. Otra cosa es cómo compatibilizarlo, saber dónde está el cielo, etc.

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Reseña que publicamos anteriormente:

La religión nos dice que el cielo es el premio a la vida en la tierra.

¿Qué nos darán de premio? ¿Qué obtendremos en el cielo?

Si el cielo es el premio de la vida en la tierra, es lógico pensar que el premio será el logro de por lo que vivimos en la tierra (alto, no saque conclusiones antes de acabar de leer este escrito. Relea y acepte la frase anterior como cierta y luego siga hasta el final del escrito).

Es decir, al corredor de 100 metros lisos que gana la carrera le dan la medalla de oro de 100 metros lisos, no le dan la medalla de oro de natación mariposa.

Es evidente que esto es así.

Obtenemos por lo que hemos luchado, trabajado, toda la vida en la tierra.

Hay gente que trabaja, que vive para:

¿Qué hay allí entonces, que nos pueda satisfacer?

Es que allí, principalmente lo que hay es Dios. La esencia de la felicidad en el cielo es ver a Dios, es participar de su naturaleza.

En la tierra hemos podido ser meros relojes o "hijos del relojero". En el segundo caso, en el cielo compartiremos la profesión con nuestro padre. Si en la tierra no hemos querido saber nada de Dios, no somos "hijos del relojero" y después de la muerte no tenemos nada que hacer en el cielo, es más, sería un suplicio para nosotros estar con quien nunca quisimos en la tierra.

("Hijos del relojero" es "Hijos de Dios", los bautizados que estamos en gracia de Dios -cumplimos sus mandamientos-, no estamos en pecado mortal).

Es decir, iremos al cielo si en la tierra Dios es el centro de nuestra vida. Cuanto más queramos parecernos a Él en la tierra, más compartiremos de Él en el cielo. Y esto sí que es posible, porque allí esencialmente lo que hay es Él (ni dinero, ni premios, ni hijos que hacer, ni ballenas que salvar).

Que sea el centro de nuestra vida quiere decir que en todo lo que hagamos le tengamos en cuenta a Él. Que Él no sea para nosotros una figura que tenemos en un cajón, que sacamos para rezarla cuando nos conviene, y que la cambiamos a nuestro gusto.

Que sea el centro de nuestra vida es que lo amemos como aman los enamorados, que quieren saber todo de la otra persona y complacerla en todo.

En el cielo reina la verdad más absoluta y todos tenemos nuestra voluntad unida a la de Dios, y eso nos llena de gozo. Si en la tierra buscamos y aceptamos la verdad e intentamos hacer lo que entendemos como la voluntad de Dios, pues más preparados estaremos para estar en el cielo, menos tendremos que permanecer en el purgatorio eliminando lo que no sea eso.

¿Tanto nos satisfará en el cielo el solo hecho de ver a Dios?

Lo mismo que en la tierra el sólo ver a nuestros padres/esposo/hijos después de un largo viaje, o ver en nuestras manos que tenemos un billete de lotería premiado con el premio gordo, o ver la mayor obra de arte que queramos (o un palacio) y saber que es nuestra, que podemos vivir allí.

Estos ejemplos anteriores son minúsculos comparados con ser parte de Dios.

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A los que no creen en Dios, y por tanto, que el cielo sea el premio de esta vida, al menos se les puede hacer ver que:

Igual que en esta vida todo influye en todo: que cada vez que damos al interruptor de la luz hay una central eléctrica a cien kilómetros de distancia que tiene que fabricar esa electricidad para mí, que cada vez que conduzco el auto (por una carretera con otros coches), hago que todo el resto de autos tengan que tenerme en cuenta,

es razonable pensar que, de alguna manera, esta vida influye en la otra, que es irrazonable decir que "todos seremos igual de felices". Y si aceptan que "no todos seremos igual de felices", ¿en qué se basará la diferencia?, porque ¡hasta el mayor traidor confeso a su patria se cree santo!

También es razonable pensar que, al morirnos, no cambiamos nuestro comportamiento, nuestra manera de ser, por el hecho de morirnos, porque morirse es un acto bastante pasivo. No hay que hacer nada para morirse. Cambiar, aprender, siempre nos requiere un trabajo, un esfuerzo.

Es decir, que cuando nos muramos nos llevaremos nuestros recuerdos y deseos de aquí.

Pero allí no hay nada de lo que tenemos aquí, como decíamos antes. ¿Qué esperan encontrar más allá (los que no creen en Dios), que les haga felices?


Benditos médicos del seguro (en España) que recetan esto.


Nuevo libro sobre el cielo.

portada libro que haremos en el cielo

Aquí tienen más detalles del libro y el PDF completo para descargar gratis.

Rezar el Rosario (mejor en latín) es imprescindible.

El contenido de esta web se va mejorando con el tiempo y la gracia de Dios.

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